Despierta la mañana con las sensación
de vacío tras la niebla de la noche, no busco mas recuerdo en el corazón ya vació de unas calles que recorro una y otra vez a pie y otras tanto con mi
cabeza, recreándome en cada detalle y cada señal o color que me lleva a sentir
y sinceramente no sé si volveré, ¿Si es una despedida? no lo sé, de mis
recuerdos los cual intento eliminar entre aromas del efímero perfume que una
vez me embriago sin querer ver lo que me rodeaba, la madrugá me envuelve y
envuelve y no logro borrarla, admiro la fuerza de voluntad que impone más la
cabeza a la desmedida unidad del calor estival que nos arrastra a la orilla de
un mar que se desinflan poco a poco, y cada vez más y más, porque es inevitable
buscar pero con la misma respuesta irreversible, me puedo dejar llevar por olas
de una marea de bulla que busca la fotografía
perfecta de un cielo azul, cuadro de ángulos que encajan el círculo perfecto de
una vida, que aunque con apellidos no significan nada para mis sueños…
Sentado en mi privilegiado
asiento de la atalaya, donde los dorados y anaranjados junto con los malvas, cromática paleta de color y
de olores que mas que envolverme en fragancias, susurran en los oídos de mis
sentidos, rozan el paraíso solo comparado con la piel dorada de una cara morena, es soñar con los
ojos abiertos, ojos puestos en el valle de la eternidad… Eterno como el sentido
de las agujas del reloj que marca el tiempo exacto de una vida, mira si la
muerte es benévola conmigo que me ha dado una vida de ventaja antes de llamarme
la parca, eterno es el sentir de una corneta, que con toques de agudos hacen
volar a los vencejos entre las gradas catedralicias en un azul turquesa y
celestes inmaculados a los pies de la giralda, eterna es la imagen que guarda
en la retina de la mirada dulce y verde de esperanza cuando ves el primer amor
entre una palmera alta y una burrita color nacarada, ya se fue el mago que
cuenta la leyenda que de Gadiz llego a las costas de Tiro, pero que hace
señalar el camino de la adoración a un niño que en poco más de setenta días es
Rey y Reo, pero mi sentir viene del sonido de la Eternidad, del susurro de la
brisa de un río, de la tierra mojada que me huele huerto y olivar, que es igual en Gadir, Hispalis o donde me ha recibido como a un nuevo amor Corduba es inevitable
pensar que mi Eternidad va de la mano de Rosario…
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