martes, 9 de febrero de 2016

Si me ves dormido

Si me ves dormido, no me despiertes, qué quiero morir en el sueño, perdido ya para siempre, deja que duerma en el sueño que de tus brazos yo tome mi abrigo, en silencio como me gusta. Cierra los ojos buen amigo que al ver tu cuerpo desnudo abrazado al madero, congelo mi alma y sello mi herencia con un beso en tu pie herido, que en mi pecho reposas y en mis labios te mimo, toma, lo que te antojes, que yo me ofrezco, al Dios de mi mundo, aquel casi perdido y entre sueños me iré colmando, de las caricias del viento, que vas dormido, en la distancia iré aminorando camino y segundos al tiempo, iré soñando y aun perdido.
No me despiertes, deja que sueñe, déjame dormir, hasta llegar la aurora, y seré tuyo, y aunque me empeñe en decirme él porqué, aún no es hora. Y si pudieras por un solo segundo imaginar que velas el sueño. Verías qué no es solo el día y la luz que desata y despierta mi sueño, luz de frio crucero. Déjame que sueñe la noche entera, que hoy yo velare tu sueño….

sábado, 2 de enero de 2016

Volver...



Quedan ya menos noches de soñar con tus ojos, de poder ver tu cara de cerca, y se me hace un mundo, el mismo que me falta cuando no te miro frente a frente… Mi mente despierta de su sueño, el sueño de la noche, quizás tensa la madruga, donde en cada rincón de mi mundo se vislumbra el nuevo día, luz de luz, en busca de la calma y ansiada la noche, luz de luz, cálida de la mañana para el recuerdo, de colores dorados y cálidos los rayos donde quiero aprovechar cada segundo que me vas envolver en tu semblanza ¿Cómo pudiera aprovechar cada segundo? luz de luz, la luz que vivo de un sueño despierto o de la locura ¿Aun dormido o ya despierto? Mi mundo enriquecido de matices busca con ahincó de ese sueño de los despiertos, mi mente convertida en laberinto metatarsiano del más loco de los cuerdos, mira cada rincón de muralla milenaria y concepto de venida, la guia que guarda, analiza y que reta al mismo dios sol en la mañana. ¿Qué debo buscar? La quinta esencia es la antagónica de tu mirada que arde en deseos de volver a soñar una y otra vez lo vivido... ¿Me prometes la eternidad de tu mano? Lo se, prefiero abandonar la vida pare tenerte en el cielo y en cambio solo se desprende de la lógica cuando encuentra la visión del sueño de cada noche que vivo una y otra vez despierto, nunca… en la posibilidad de conocer despierto mi ansia de descubrir, ver, oler, pero ya lo conozco y no me reprime al valorar los más visto, lo más recordado, ¿Y qué me queda a mi ante la mirada perfecta?, ¿Qué me queda? ¿Cuál es la cuota que debo pagar, ante tan grande deseo? Quizás llegue y vuelva a retomar la senda de mi pasado, solo me queda el sueño… el que vivo despierto que una vez más empiezo a soñar en la mañana del día siguiente a mi partida... Ya queda menos para volver a verte

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Dubrovnik

En la época de las distracciones, se agudiza mis sentidos haciendo un lenguaje nuevo sobre las sombras del alma, quizás debiera ver nacido en otro siglo, otro tiempo… Hay un horizonte perdido entre nubes y sueños, entre hojas de acanto y en la penumbra de la soledad y el olvido, quizás ¿Dónde se esconde tu nombre? O mejor aun ¿Dónde se esconde el mito?
Donde el perpetuo quebranto, hiere la piel con la lanza como Longinos, donde tu ausencia me alcanza y se desvanece el llanto va muriendo la esperanza de sentir el goce santo…
Enardecidas de magia las caricias se enturbian y van tejiendo distancias, impregnadas de melancolía con el aire y la brisa…
Solo el eco me responde ante una añoranza tan lejana, cuando pronuncio tu nombre hasta mi piel te reclama ¿En que lejanía se esconde? Tras el ardor de esta llama ¡Porque busco y no encuentro quien ha secuestrado mi alma!

viernes, 16 de octubre de 2015

La deuda

En la desnudez de la noche un azulejo refleja una porción de tiempo congelada, en el barro ahogándonos en un océano de placer de poder contemplarlos, para que siempre exista una madrugada, enredados como ardientes hogueras en el horno que secó la eternidad entre llamaradas y jazmines, el barro y amor acariciaron el mar y que el adiós a la abuela y Seña Santa Ana nos devoró con el fuego del sol. Lamiéndonos como niños a caramelos, hasta el mismo pellizco que nos da el alma entre caricias de sueños, desollándonos sin piedad buscando un aire tibio entre susurros que te dejan ese billete del gozo y de la armonía camino de la estación de tu alma. Es un volcán de pasiones en el goce celestial de los infiernos del barrio que me vio nacer, te siento regodeándote feliz en mis férvidos laberintos entre el añil y el oro amarillo del albero reflejado en el mundo que hay detrás de esa infinita mirada, en la fruición en las antiguas caricias del aroma que me deja en un mágico vaivén de deseo y de amor, no me busques que no tendre nombre porque ya mi mundo no esta aquí, buscame entre arrumacos, aires, entre promesas y tejados, pagando mi deuda ahí al lado en Triana.

viernes, 1 de mayo de 2015

Entre Soledad y Esperanza

¿A que se debe esta sensación? ¿A qué se debe este dulzor, que añora mi pasión? ¿A qué se debe este despertar de mis sentidos? Esto es una historia de amor, una historia de amor que dura ya una eternidad, entre el oro de la misma paleta de color de unos rayos de sol de la semana soñada mezclados que no revueltos del amanecer y la sal que sabe a susurros de puente, muelle eterno entre dos orillas enfrentadas por un mismo galeón y galeotes de piel morena, entre el terciopelo de textura a melocotón que hacen exponer tus sensaciones a flor de piel ¿Es frio o es calor? Solo terciopelo y la flor blanca como las rosas de la semblanza oculta entre doce pilares de plata, entre Soledad y Esperanza donde solo Sevilla sabe llamar a su mujer amada...
Pero ¿Que nació de la leyenda? Nació del calor y del frio, de las sensaciones, del despertar de los sentidos, donde no hay razonamiento absoluto, la locura extrema de vivir apasionado se desvaneces entre las manecillas de un reloj que marca el tiempo exacto de la teoría vivida, trigonometría donde las variantes son las mismas pero con resultados no vividos y sentidos, marcada en un calendario al que vas tachando los días sin más ilusión que volver a vivir la pasión, ¿Qué pasión te hace vivir así? ¿Qué locura es la que enmarcas en un corazón silente por un tiempo? Es un tiempo aletargado entre hojarasca de otoño, entre octubre y noviembre dulce a la espera de una señal a Estrella y magia lejana ¿Hasta dónde serías capaz de olvidar? Dime ¿Hasta dónde eres capaz de olvidarme?…
No hay más giro o vuelta a mi corazón, en el circulo de la vida solo tú eres capaz de poner más cuerda y menos diámetro, milímetro a milímetro de un universo de letanías y plegarias que solo vuelven al punto exacto del nacimiento, al pecebre frio del dolor, es volver al año cero de tu historia, caballo de troya en un tunel de vuelta atras en tu tiempo y en el último segundo de la partida, ser capaz de sentirme esclavo de mis propios sentidos, esa es la tortura, porque son los tuyos los deseados por mí, esclavos de un nombre de mujer comprendido entre pasión y amor ¡Por qué solo tú sabes todo lo que estaría dispuesto hacer! Olvidar lo vivido no puedes, soñar por vivir segundo a segundo, vivir lo soñado, para poder soñar lo vivido… Si, esto es una historia de amor que dura ya una eternidad, entre el oro y la sal, entre el terciopelo y la flor, entre mi Soledad y mi Esperanza...

domingo, 12 de abril de 2015

Un historia de tiempos


¿Era o no era una cuestión de Amor? El arrabal y tu río se acariciaban con mis rezos, pero el milagro era convertirse en cuna de mi fe, a los que el amor no alcanza y no para de llevarme bajo tu manto…
Mi tiempo son solo siete días de vivencias, y tu corazón eterno vigía sobre un puente que no tiene horas, ni momentos, aunque nuestra memoria atesores un caudal de instantes inolvidables al remanso de paz de unas aguas cristalinas, porque mi reloj no sabe de sentimientos ni añoranzas como aquella vieja espadaña, ni esas campanas suenan cuando nuestro corazón lo piden, mi tiempo es mi propia estación del alma, sin rumbo ni partida, cuando se que al otro lado del río el amor florece como joven olivar junto con ese aire que llega tibio con suspiros de brisas…
Entonces solo entonces, despiertan los albores con voces que no entienden lo que el amor olvida, no buscáis mas que no hay misterio, la teoría exacta no tiene nombre que nadie se la apropie, mis sentidos son un regalo de dios…
En tu mirar encontré motivos suficientes para vivir en un mundo más allá de mis murallas… Son almendrados y aún así no me pertenecen, tres palabras crean una trilogía exacta que se me escapa de lo cotidiano, una porción de tiempo desvanecido, congelado en un instante y en el aire viciado de un atardecer que se me escapa, ya tengo un motivo más para que en el rito de la memoria del viejo convento añochezca, llegara un día que alguien pregunte ¿Cuando? y la respuesta exacta será desde entonces... Me veras partir, entre sollozos susurro una oración, reprimo mis lágrimas, capitán de mi única fe y galeote de tu propia existencia…

Foto extraida del Twiter de Momentos Expostaneos.



jueves, 19 de febrero de 2015

Cuarenta noches


Yo solo quería rescatar los sonidos de aquellas cuarenta noches, esos que escuchas en tu mente y en tus sentidos una y otra vez, comencé entonces a vagabundear por las calles desnudas de mis recuerdos, palpando cada instante con mis dedos y los ojos clavados en la mediocridad de la noche que intentaban soltar todas las amarras a la barcaza de aquel río.
Era un combate sin término, una lucha sin cuartel entre lo que yo le quería hurtar a la noche y lo que la noche me intentaba regalar, mi sueño ya tiene dueña, con contornos dorados y olor de azahares.
Momentáneamente tuve que abandonar mi lecho de sueños y de honor que solo los galeotes conocen para darle paso a la trasera de la noche. Qué brusquedad rompió esa paz que mis brazos abandonan ante tan bello recuerdo y entra la noche trazando el oscuro pelo de la fría madrugada de ojarazca amarrada, sosteniéndolo como entre dos nubes que flotaban en la claridad que arrastraba el día. 
Era el comienzo que no anota los nombres, la llegada de lo diferenciado con renglones y plumas que escriban, de plata fria las estrellas, con ojos verdes para la profundidad de las aguas donde la noche reposaba atrás mi Sevilla y el sueño de cuarenta noches y el hermoso despertar de un solo día.