Si me ves dormido, no me despiertes, qué quiero morir en el sueño, perdido ya para siempre, deja que duerma en el sueño que de tus brazos yo tome mi abrigo, en silencio como me gusta. Cierra los ojos buen amigo que al ver tu cuerpo desnudo abrazado al madero, congelo mi alma y sello mi herencia con un beso en tu pie herido, que en mi pecho reposas y en mis labios te mimo, toma, lo que te antojes, que yo me ofrezco, al Dios de mi mundo, aquel casi perdido y entre sueños me iré colmando, de las caricias del viento, que vas dormido, en la distancia iré aminorando camino y segundos al tiempo, iré soñando y aun perdido.
No me despiertes, deja que sueñe, déjame dormir, hasta llegar la aurora, y seré tuyo, y aunque me empeñe en decirme él porqué, aún no es hora. Y si pudieras por un solo segundo imaginar que velas el sueño. Verías qué no es solo el día y la luz que desata y despierta mi sueño, luz de frio crucero. Déjame que sueñe la noche entera, que hoy yo velare tu sueño….
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