domingo, 14 de diciembre de 2014

El Reflejo

Hubo un cielo de estrellas y la luna tejió remansos con el río, el día que sus manos acariciaron suavemente su busto y tallaron su mirada, se detuvo la tierra, y un sueño de color, color verde como mi Esperanza, color de muralla, color de aromas y un canto que quema mi alma, pero en todo caso, nada pierdo si te alcanzo... 
No estoy inerte, solo cautivo de esa sonrisa, que ríe y que llora y que se alza en el lamento, que vive y que muere en pos de mi Esperanza... ¿Qué crees tú? Eso mismo dijo el viejo a la almena, pero ¿Quién es? No necesitaría diez mil voces, para aclamarla, para elevar mi amor a través del mar, timón y fuente de Esperanza... 

Y entre plumas blancas...
Ya se nos ocurrirá algo, 
si para eso tu mirada es eso 
y mi pasión intensiva ¿No crees qué? 
¡No! ni pensarlo, si este amor solo me arrastra,
que te busco entre calles por que ríes de día y de noche lloras
y tres siglo de llanto no basta...
¡Si! ¿Estoy loco? Como si esto fuera nuevo. 
Pero amor, ¿Quién no esté enamorado, de esa mocita que por abril que dicen que se refleja por San Gil y no estoy loco o soñando?
Por ver pisar mi tierra, el mismo suelo que me embarga,

el mismo suelo de mi Esperanza…

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