domingo, 12 de abril de 2015

Un historia de tiempos


¿Era o no era una cuestión de Amor? El arrabal y tu río se acariciaban con mis rezos, pero el milagro era convertirse en cuna de mi fe, a los que el amor no alcanza y no para de llevarme bajo tu manto…
Mi tiempo son solo siete días de vivencias, y tu corazón eterno vigía sobre un puente que no tiene horas, ni momentos, aunque nuestra memoria atesores un caudal de instantes inolvidables al remanso de paz de unas aguas cristalinas, porque mi reloj no sabe de sentimientos ni añoranzas como aquella vieja espadaña, ni esas campanas suenan cuando nuestro corazón lo piden, mi tiempo es mi propia estación del alma, sin rumbo ni partida, cuando se que al otro lado del río el amor florece como joven olivar junto con ese aire que llega tibio con suspiros de brisas…
Entonces solo entonces, despiertan los albores con voces que no entienden lo que el amor olvida, no buscáis mas que no hay misterio, la teoría exacta no tiene nombre que nadie se la apropie, mis sentidos son un regalo de dios…
En tu mirar encontré motivos suficientes para vivir en un mundo más allá de mis murallas… Son almendrados y aún así no me pertenecen, tres palabras crean una trilogía exacta que se me escapa de lo cotidiano, una porción de tiempo desvanecido, congelado en un instante y en el aire viciado de un atardecer que se me escapa, ya tengo un motivo más para que en el rito de la memoria del viejo convento añochezca, llegara un día que alguien pregunte ¿Cuando? y la respuesta exacta será desde entonces... Me veras partir, entre sollozos susurro una oración, reprimo mis lágrimas, capitán de mi única fe y galeote de tu propia existencia…

Foto extraida del Twiter de Momentos Expostaneos.