domingo, 19 de octubre de 2014

Soledad


Aun recuerdo aquella noche gélida de enero,
fría con bruma y olor cercano al río,
en mi alma sigue aquella bella mirada,
mirada, afligida y fatigada...
Si pudiese consolar esa mirada,
en esa soledad que te circunda y ser el reloj que ve
pasar tus horas, acorraladas, entre luces y penumbras,
no habría necesidad de anunciarte el ángelus,
en el alba, estaría toda mi alma, y esperanza en un nuevo camino...
Yo he visto al viento frío de tus noches inciertas,
he visto al sol llorando por tu falta de tu presencia,
en mi locura de un rocío nocturno y he visto a la soledad,
en penumbras, sin el aroma de una flor y te he visto a ti, lejana,
como escogiendo circunstancias, que te den la vida en un solo beso, en un solo suspiro, en una sola y en un sueño, que nazca al despertar....
La que guarda un Rosario en tu mirar,
y dos susurros juntos, el tuyo y el mio.
Todo continuo como si fuera un juego,
un juego con reglas y la mayor era no te enamores
pero lo único que desconocía es...
que este juego yo lo perdí mucho antes de jugar
entre brumas, murmullos y miradas...

martes, 14 de octubre de 2014

El rincón del corazón

(Dedicado a ti, ya sabes porqué, me diste la llave del alma y me has mostrado ese rincón del corazón de un pueblo)

Fotografia de Raúl Cejas Pérez

La vida se vuelve monotonía cuando tú presencia falta ya de mi existencia. Atardece en la soledad de una capilla cerrada, sin luz y fría, donde solo hay pruebas de que estuve junto a ti, no logro diferenciar entre la luz del sol o de la luna, pues son quienes me hacen recordar aquellos momentos donde todos respiraban por un mismo Dios. ¿Cuántos muros se construyen con el correr del tiempo?, ¿Cuántos fuimos capaces de describirlo?, ¿Acaso lo intentamos? Nos hizo falta poseer la capacidad del perdón ante los errores de cada quien, nos faltaron la fuerzas para reconstruir lo que ya había sido construido con amor de un pueblo y olvidamos cada uno de nuestros temores. Desfallezco ante la mirada del Terrible, realidad que me acompaña desde mi ayer, pues solo quería clavarme en mi alma hasta que la edad no existiera, hasta poder respirar eternamente, ese que habita más allá de los sueños, más allá del recuerdo...

jueves, 9 de octubre de 2014

7 de Octubre Rosario

Siempre hay una mirada, unos ojos que te hacen temblar, que te hacen suspirar a cada segundo, un mirar almendrado que hacen que los pilares de tu tierra y de tu vida marquen un antes y un después en tus días, siempre hay una mujer de rostro que no puedes olvidar y que desearías ver siempre reflejada su cara en cada rincón de tus calles, de mi senda y de mi caminar eterno.
He perdido el sentido de la nostalgia, pero no de tu perfil que llora, más aún puedo sentirte en la distancia. Esa distancia mínima y milimétrica de tu rostro y el mío, que incluso me hace percibir tu aroma a rosa temprana de galilea.

Ya está cerca mi momento, el momento de partir, muchos días de no verte, han hecho que mi vida refleje el segundo a segundo de una pasión desmedida y sincera, mi último deseo antes de partir.
Besarte la mano con el último suspiro del alba.
¡Como la primera vez!.

Hablarte cara a cara como antes,
cuando los rayos de luz alcanzan la mañana.
Esa oración que era música de encanto,
melodía inconclusa de pasiones
entre nosotros que perdura por siempre
en la historia de mi fe, de mí, y de mi memoria…

Es verdad que nunca no es nunca, y tal vez, sea un deseo, te he visto al alba y de madrugada, con los rayos de sol de la tarde, con la luz del medio día y con los atardeceres malvas que tan hermosa te hacen cordobesa, que llenan mi deseo y mis sueños de esperanzas...
Si ayer fue tu día, me hubiera gustado cumplir mi deseos de estar, de verte, de robar ese beso a solas en tu casa como aquel en tu altar, rodeados de gentes y de multitud, pero a solas al fin y al cabo, y en el centro de todos solo tu, llegaste cuando más te necesitaba y yo aún no lo sabia... Felicidades, solo felicidades…

miércoles, 8 de octubre de 2014

Promesas

No me prometas cosas que no puedes cumplir... Es verdad
Pero si te prometo que la noción del tiempo no la tendrás entre caricias y besos que te regalan las brisas que llegan del río, te envolverá y olvidaras por un instante que existe.
Moriré por ver amanecer entre tus calles desnudas, dormida plácidamente, mi cuerpo libre de carga, la Luz de la luna reflejos de una pasión y viviré en el olvido de mi ciudad... No quiero que me entiendas solo que me sientas.